En el jardín
De mis horas solitarias
Una rosa me dijo :
« Poeta, cógeme,
yo no tengo espinas ».
Yo me enamoré
Súbitamente
Y me pinché
Todavía más rápidamente.
Entonces
Un papagayo
Se posó en un árbol seco
Y quería consolarme.
¡Callate, pájaro desgraciado !
¿No ves qué triste estoy ?
¿No ves que de la rosa
La vida tan corta
Ya se acaba ? |